Descubrir la magia del día a día depende más de
nuestra forma de ver las cosas que de lo que sucede a nuestro alrededor. Cada
instante encierra un verdadero tesoro en nuestras vidas.
Debemos disfrutar en hacer las cosas, es muy fácil
venirse abajo, puede ser un instante lo que nos ha costado tiempo en construir,
por eso hay que esmerarse en crear y sostener aquello que amamos y deseamos
ser.
Queremos que en nuestra vida ocurran cosas
extraordinarias para salir de la monotonía y de lo ordinario, deseamos los
grandes acontecimientos para estar más contentos y creernos que somos grandes
protagonistas, tenemos esa idea y la sociedad la engrandece. No apreciamos los
continuos regalos que, momento a
momento, nos ofrece cada minuto, hora o jornada.
No sabemos vivir el momento con alegría y
tranquilidad observando y captando todo lo que hay a nuestro alrededor, no
respiramos y nos concentramos en este momento viendo, percibiendo, escuchando y
en definitiva sintiendo lo único que real.
En una escena de Alicia en el país de las
maravillas, el Sombrero Loco celebra el “día del no-cumpleaños”. La existencia
se vive día a día, aprovechando el ahora, el momento, cada instante.

Lola Mayenco
en su libro: “Algo que Celebrar”, reflexiona sobre esta falta de
atención del ser humano actual, siempre atareado, hacia esos momentos de
profunda belleza y significado: Los amaneceres en el mar, los paseos en la
montaña, las reuniones con los amigos, las tardes de tormentas, las puestas de
sol o las noches de lluvias de estrellas. Por supuesto podemos añadir muchos
más la risa de un niño, el canto de un pájaro, el saludo de una persona, una
respiración sintiendo la brisa, el movimiento de las nubes. Si nos damos cuenta
y vivimos el momento es un verdadero milagro la inmensidad de momentos tan
únicos.

Revista: Cuerpo Mente 265. Artículo: Celebrar lo
Cotidiano. Francesc Miralles.