lunes, 31 de enero de 2011

EL AMOR ES LO ÚNICO QUE VIVE ETERNAMENTE

LA RUEDA DE LA VIDA: ELISABETH KÜBLER-ROSS
“Aprendamos todos a amarnos y perdonarnos, a tener compasión y comprensión con nosotros mismos”. “ Entonces seremos capaces de regalar eso mismo a los demás. Sanando a una persona podemos sanar a la Madre Tierra”.
Hemos de compartir con los demás la esencia de lo que es más valioso. Amar, compartir, hablar, enriquecer la vida de otras personas, acariciar y recibir caricias.
Como verdaderos hermanos y hermanas, todos estamos unidos por el dolor y sólo existimos para soportar penurias y crecer espiritualmente.
Todo destino lleva por el mismo camino: crecimiento, amor y servicio. Estar ahí simplemente reforzaba mi sensación de haber llegado.
“Esta es una oportunidad para crecer espiritualmente – pensé- .Uno no crece si todo es perfecto. Pero el sufrimiento es un regalo que tiene una finalidad.”
La muerte es de suyo una experiencia maravillosa y positiva, pero el proceso de morir, cuando se prolonga como el mío, es una pesadilla. Nos mina facultades, sobre todo la paciencia, la resistencia y la ecuanimidad.
Mi único deseo ha sido abandonar mi cuerpo, como una mariposa que se desprende de su capullo, y fundirme por fin con la gran luz. Mis guías me han reiterado la importancia de hacer tiempo mi amigo. Sé que el día que acabe mi vida en esta forma, en este cuerpo, será el día en que haya aprendido este tipo de aceptación. La vida en el cuerpo físico es un período muy corto de la existencia total.
Cuando hemos aprobado los exámenes de lo que vinimos a aprender a la Tierra, se nos permite graduarnos. Se nos permite desprendernos del cuerpo, que aprisiona nuestra alma como el capullo envuelve a la futura mariposa, y cuando llega el momento oportuno podemos abandonarlo. Entonces estaremos libres de dolores, de temores y de preocupaciones, tan libres como una hermosa mariposa que vuelve a su casa, a Dios, que es un lugar donde jamás estamos solos, donde continuamos creciendo espiritualmente… y rodeados por un amor que es imposible imaginar.
No hay que tener miedo; no hay ningún motivo para tenerlo si recordamos que la muerte no existe. En lugar de tener miedo, conozcámonos a nosotros mismos y consideremos la vida un desafío en el cual las decisiones más difíciles son las que más nos exigen, las que nos harán actuar con rectitud y nos aportarán las fuerzas y el conocimiento de Él, el Ser Supremo. El mejor regalo que nos ha hecho Dios es el libre albedrío, la libertad. Las casualidades no existen; todo lo que nos ocurre es la vida ocurre por un motivo positivo. Si cubriéramos los desfiladeros para protegerlos de los vendavales, jamás veríamos la belleza de sus formas.
La única finalidad de la vida es crecer. La lección última es aprender a amar y a ser amados incondicionalmente.
Las mayores satisfacciones en la vida provienen de abrir el corazón a las personas necesitadas. La mayor felicidad consiste en ayudar a los demás. Todas las personas procedemos de la misma fuente y regresamos a esa misma fuente. Todos hemos de aprender a amar y a ser amados incondicionalmente. Todas las penurias que se sufren en la vida, todas la tribulaciones y pesadillas, todas las cosas que podríamos considerar castigos de Dios, son en realidad regalos. Son la oportunidad para crecer, que es la única finalidad de la vida. No se puede sanar al mundo sin sanarse primero a sí mismo.
Cuando nacimos de la fuente a la que yo llamo Dios, fuimos dotados de una faceta de la divinidad, eso es lo que nos da el conocimiento de nuestra inmortalidad. Debemos vivir hasta morir. Nadie muere solo. Todos somos amados con un amor que trasciende la comprensión.
Es importante que hagamos solamente aquello que nos gusta hacer. Podemos ser pobres, podemos pasar hambre, podemos vivir en una casa destartalada, pero vamos a vivir plenamente. Y al final de nuestros días vamos a bendecir nuestra vida porque hemos hecho lo que vinimos a hacer.
La lección más difícil de aprender es el amor incondicional. Morir no es algo que haya que temer; puede ser la experiencia más maravillosa de la vida. Todo depende de cómo hemos vivido. La Muerte es sólo una transmisión de esta vida a otra existencia en la cual ya no hay dolor ni angustias. Todo es soportable cuando hay amor. Mi deseo es que usted trate de dar más amor a más personas.
Lo único que vive eternamente es el amor.
ELISABETH KÜBLER-ROSS: LA RUEDA DE LA VIDA

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