MEDITACIÓN
Y MENTE
Los
pensamientos no surgen de la nada hay un atierra en la que crece. En nuestra
MENTE hay odio, miedo, preocupación, incomprensión… Y un pensamiento puede
surgir de dichos territorios. Pero también en nuestra mente existe el vasto
territorio de la compasión, de la comprensión. Tu puedes entrar en el Reino de
Dios dentro de tu mente. De estos territorios brotarán entonces maravillosos
pensamientos en la línea del recto Pensar. Cuando reconoces un pensamiento,
puedes sonreírle y hacerte la pregunta sobre la Tierra de la que brotan. No
tienes que trabajar duro. Simplemente sonríele a tu pensamiento y luego
reconoce si ha surgido de una percepción equivocada, del miedo, del odio, o de
los celos. Cuando eres capaz de generar un pensamiento que va en dirección de
la comprensión y el amor, en la dirección del recto Pensar…
Ese
pensamiento tendrá un efecto inmediato sobre tu salud física y mental. Y al
mismo tiempo de todo el mundo. Cuando produces un pensamiento negativo que
proviene de tu odio, miedo o pesimismo, ese pensamiento tendrá un efecto muy
negativo sobre la salud física y mental. La práctica ofrecida por Buda no es
para suprimir estos pensamientos negativos, sino para ser conscientes. “Este es
un pensamiento negativo. Me permito reconocerlo”. Cuando eres capaz de
reconocer ese pensamiento alcanzas un grado de libertad, porque no eres ya más
víctima de ese pensamiento. Reconocer la presencia de un pensamiento o
sentimiento es muy importante. Esta es la práctica básica de un practicante de
MEDITACIÓN. Al no intentar suprimir
los pensamientos les permites manifestarse. Pero tienes que estar allí para
reconocer su presencia y percibirlos estando verdaderamente presentes. La
práctica de estar presentes en el aquí y en el ahora, y ser testigos de lo que
ocurre, examinarlo, ser consciente. Esta es la práctica de la libertad.
ENSEÑANZA
DEL DHARMA DEL MAESTRO ZEN THICH NHAT HANH
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